Tras la última carrera de montaña de 25 km, no había vuelto apenas a entrenar. Una rogaine (carrera de orientación en montaña) dos semanas después había sido la última vez que me enfrentaba a una carrera-entrenamiento. Asuntos personales y un viaje de trabajo a Grecia han copado las últimas semanas que me han apartado de los entrenamientos.

Para volver a ponerme a tono, qué mejor que disfrutar haciendo una carrera de montaña de 10 km que me la iba a tomar, simplemente como un entrenamiento. Sin apretar demasiado y pasándolo lo mejor que pudiera. Y hasta Cortes de Pallás me he ido para hacer el IV Trail Cortes de Pallás, un recorrido de casi 12 km por un paraje espectacular.

La jornada amanece con lluvia pero me da igual (aunque pienso en que el terreno pueda estar resbaladizo). No obstante, la montaña está preciosa con las nubes bajas y el verde intenso.

El perfil de la carrera no parece complicado a primera vista. Hasta el km 5 la carrera discurre en ascenso, le sigue una planicie hasta el km 6 y luego el descenso hasta meta. Empezamos a correr y pronto me doy cuenta que la falta de entrenamiento me hace ir lenta, muy lenta. Y llegan las cuestas. Intento correr lo máximo posible. Obviamente ando bastante en la subida, pero no paro y me esfuerzo en seguir subiendo lo más rápido que puedo, corriendo cuando las fuerzas me lo permiten.

Cuando llego arriba ya sé que el terreno es llano pero aún así me cuesta seguir corriendo… Pienso muchas veces en lo rápido que se pierde la fuerza cuando dejas de entrenar durante un tiempo. Pero me repito a mi misma que esta carrera sólo es un entrenamiento, una puesta a punto para retomar nuevos proyectos deportivos.

En el avituallamiento bebo un poco de agua y comienza la bajada. El primer tramo con bastante barro y resbaladizo pero luego disfruto muchísmo. Ya no hay barro, las vistas son increíbles, el terreno, perfecto. Sólo queda pasarlo bien!!

Pensaba que la carrera era de 10 km pero cuando veo el cartel que indica esa distancia y aún estoy en la montaña me dicen que en realidad son casi 12 km. Entonces me desmorono. Ya iba justita, así que 2 miserables kilómetros se me hacen eternos. Y eso que no hay cuestas. Ahora el circuito discurre por toboganes entre bosque y vegetación abundante (y también muchas amapolas que me recuerdan los días en Grecia. Adoro esa flor).

Pero no estar en forma me ha pasado factura. Los ánimos que voy recibiendo «venga Begoña que no queda nada» me ayudan a seguir adelante. Me dan mucha fuerza pero me da rabia encontrarme tan floja en esos dos últimos kilómetros.

Finalmente ya se ve el pueblo de Cortes de Pallás, ya no queda nada para llegar a meta. Acabo la carrera no con demasiado buen sabor de boca por culpa del último esfuerzo, pero rápidamente cambio el chip. Ha sido una carrera muy bonita y me da fuerzas para empezar con muchas ganas los nuevos entrenamientos.

He hecho los 12 km en 1 hora y 34 minutos y quedo 5ª en mi categoría.

Ahora, a planificar A TOPE 😉 las próximas carreras!!!!! GOOOOO!!!